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El Lio Bumerán - Un Blog paraTocar las Pelotas

Manipulación dirigida.

Me encuentro en la página de la Cadena Ser una encuesta que plantea a siguiente pregunta: ¿Cree que el incremento de la delincuencia se debe a la inmigración? El 56% dice que sí, el 43% dice que no. Todos están equivocados.

 

Simplemente la pregunta se basa en una falsedad, que la delincuencia ha aumentado en España. Sin embargo los últimos datos del Ministerio del Interior son que la delincuencia descendió en España en 2005 en un 1,6%.

 

Por supuesto, no culpo a las gentes que votan de tal error. Los programas de sucesos se multiplican, el tiempo dedicado a asustar a la población se incrementa día a día. Y la gente cree que hay más delincuencia porque oye hablar más de ella.

Los periodistas de la SER deberían, sin embargo, no ser tan acémilas y creerse cualquier tópico sin consultarlo, pero ese es otro tema.

 

Lo que está claro es la intención de relacionar inmigración y delincuencia en la mente de la población creando un estado de alarma en la gente y rechazo a los inmigrantes. (Aunque en este caso no me extrañaría que pretendiese sacar un resultado contrario en la encuesta para contrarrestar a medios como La Razón, la COPE y demás maquinaria ultraderechista),

 Muchas veces nos preguntamos cómo los alemanes pudieron permitir el holocausto. Pues así empezaron.

¿Estarán mintiendo?

¿Estarán mintiendo?

Esto es de Periodistadigital, hoy a las 13.15.

 Que yo sepa 67% + 41,7% son 108,7%. Hay más españoles opinando que españoles.

Aunque este periódico es una bazofia reconocida, es habitual que tanto El País como El Mundo incurran también en contradicciones entre sus titulares y los contenidos de la noticia. A veces las matizaciones acaban desmintiendo el titular. Pero como decía Walter Matthau a Jack Lemon en Primera Plana "¿Quién demonios va a leer el segundo párrafo?"

Como para creerles cuando hablan de Irak o Bolivia.

Al Zarqaui ha muerto, viva Al Zawahiri

Hoy en todas las ediciones digitales de los periódicos se encuentra la misma noticia, si bien en diferentes formatos y tonos: “El líder de Al Qaeda en Irak muere en un bombardeo estadounidense al noreste de Bagdad “ (El País) 

EEUU muestra fotos del cadáver de Al Zarqaui

El líder de Al Qaeda en Irak ha muerto tras un ataque aéreo efectuado por dos F16.” (El Mundo)

Bush asegura que la muerte del jefe de Al Qaida en Irak, Al Zarqaui, es una victoria contra el terrorismo” (ABC) 

Cazaron al Carnicero de Bagdad cuando daba lecciones de maldad” (Periodistadigital) 

(Dichos titulares están copiados a las 17:20). 

Esta vez han tomado fotos para que no pase como la última vez que lo mataron, que resultó que era una boda de dos jóvenes amantes. El emperador y el pequeño virrey de Bagdad están exultantes por esta hazaña que sólo les ha costado 500 kilos de bombas, el asesinato de todo el que pasaba por cerca y tres años de guerra, torturas, violaciones y uso de armas prohibidas contra población civil. La muerte, dicen, del líder de Al Qaeda en Irak, es una victoria en la guerra contra el terrorismo. 

Es increíble que en lugar de correrlos a patadas, la mayoría de la gente lo vea, en efecto, como un triunfo.

Primero, porque nadie en su sano juicio se cree que exista Al Qaeda. La sola idea de una organización terrorista con alcance mundial con jefes, asesores, comités económicos, responsables de finanzas y mandos intermedios es tan parecida a Electra y tan ridícula que me pasma que haya colado. De hecho, tal organización, aún siendo legal, sería incontrolable. (No existe ninguna multinacional con ese ámbito que no funcione a través de grupos de empresas con organizaciones diferenciadas). 

Y luego esa expresión de la “guerra contra el terrorismo”, ¿contra cuál? ¿Ayudará la muerte de Zarqaui a acabar con la Organización Terrorista del Atlántico Norte?  Todos sabemos que esto no va a evitar que los grupos que se oponen a la invasión de Irak (terroristas o guerrilleros) sigan actuando, no va a servir para nada más que para cabrear a las familias de los civiles muertos en la operación. Aquellos que no tenían nada que ver seguirán a su bola, y en el suyo lo sustituirán y a otra cosa.  

Dentro de unos meses, tras cientos de muertos más por parte de los grupos armados de Irak y por las tropas invasoras, nos anunciarán que han matado a Al Zawahiri. Y los muy imbéciles lo anunciarán igual de contentos, aunque saben que no servirá para nada.

Presentación e intenciones

Bueno, pues tras unos breves pasos ya tengo mi blog en medio del desierto cibernético. ¿Y para qué? Pues para tocar las pelotas, claro.

Desde hace algún tiempo tengo la sensación de vivir en una especie de teatro de guiñoles gigante donde los partidos políticos, los creadores de opinión y los medios de comunicación organizan un decorado dispuesto para tapar una realidad evidente. Tan evidente, que basta con querer verla para que las tramoyas se caigan ruidosamente.

Un mundo feliz de plastilina para contentarnos con nuestra maravillosa sociedad occidental, libre y próspera.

No hay que ser un experto en nada, ni muy culto, ni un audaz investigador para descubrir la gran mentira. Los datos están ahí, se pueden consultar incluso por internet. O basta con preguntarse de dónde viene el macabro éxodo de refugiados africanos y quiénes son esos señores mal vestidos que nos piden por la calle.

Al final he comprendido que no se trata de desconocimiento, simplemente es comodidad. No vemos porque no queremos ver. Es más cómodo seguir hablando de la patria, la democracia, la libertad de mercado (sin libertad, ni mercados); que comprender que vivimos en un mundo instalado en la barbarie y que, si no actuamos, pronto no habrá ya retorno posible.

Pero uno es demasiado pequeño para cambiar nada, así que ante la inmensidad de la mentira, los periódicos y medios del sistema, los bienpensantes, los creadores de opinión, los finos analistas; por lo menos me desquito desde aquí tocándoles las pelotas y gritando que, a pesar de todo, algunos seguimos sin tragarnos la mascarada.

No pretendo enseñar nada a nadie y no creo que cambie nada. Igual en el fondo esto también es parte de la mascarada y gritar en un blog perdido en mitad de la nada otro de los espejismos de libertad con los que nos contentamos.

Pero eso sí, a gusto me voy a quedar.

Juventud

Parece que me estoy haciendo mayor.

Antes, cuando los medios de comunicación se escandalizaban ante la degradación de los jóvenes de nuestro país, yo me daba por aludido y me reía de la visión tan ridícula que tenían sobre mi y mis amigos. Pero ya no. Ahora soy consciente de que hablan de otros y apenas tengo datos para contrastar esa visión con la realidad.

Sin embargo, debido a unos exámenes que debo afrontar en breve, últimamente frecuento mucho las bibliotecas de mi barrio y en concreto sus salas de lectura. Todas están repletas con una mayoría de chicos y chicas jóvenes que se dejan las pestañas preparando sus exámenes finales. Esta mañana he tenido que probar suerte en dos bibliotecas distintas, y finalmente he tenido que irme a estudiar a un banco en el parque.

Pero esto no sale jamás en la tele ni en los periódicos. Al igual que no se habla de los miles de jóvenes que colaboran con distintas organizaciones para ayudar a otros, militan en política, se asocian para hacer teatro o simplemente pasan la tarde descubriendo con sus amigos y amigas un mundo en el que acaban de empezar a salir solos.

Pero no. En la tele aparecen como seres borrachos, violentos y cada vez más amenazantes para unos adultos desprotegidos ante la falta de respeto y brutalidad de las nuevas generaciones.

Por supuesto soy consciente de que mis paseos no son un estudio serio capaz de desmentir el preocupante aumento de la violecia y delincuencia en "nuestros jóvenes", que decimos cuando ya nos hemos vuelto gilipollas del todo. Así que me dispuse a enchufarme una dosis de realismo para poner los pies de nuevo en la tierra. Y qué mejor que los datos del Ministerio del Interior sobre la evolución de la delincuencia juvenil: la criminaldad juvenil descendió un 5,2% en 2005, a pesar de que la imagen televisiva nos convenza de lo contrario.

Al final he llegado a la conclusión de que si en lugar de atemorizarnos con las bandas nos hablasen de esta otra juventud tendrían que aumentar las plazas de estudio en las bibliotecas públicas. Y prefieren gastarse la pasta en seguridad, privada a ser posible.